Todo lo que hoy soy en tus brazos. Todo lo que siento en cada beso. Mi reflejo en tu mirada. La noche despierta, el día somnoliento. Todo cuanto ha nacido de esta humilde coincidencia del azar que tantas horas de sueño me ha robado. Todo lo que crece cuando estamos juntos, todo lo que haces desaparecer en cada beso. El mundo en mis manos, en las tuyas, en las nuestras. Todo esto se esfumará mañana. Ni cenizas quedarán porque no hay nada que haga explicito lo que hemos vivido. Ni en las fotos queda constancia de cuanta magia hemos sentido. Y nadie, ni siquiera ni tu ni yo, va a creer en este amor. Algo tan pasajero, algo tan efímero, algo tan delicado y dulce no puede ser real. Todo se esfumará mañana cuando despierte oliendo a ti, y tu estarás echando de menos mi aroma a más de 10.000 Km.
Eva
miércoles, 2 de enero de 2008
sábado, 29 de diciembre de 2007
martes, 11 de diciembre de 2007
La pasión no lee poesía
No me vas a enamorar con flores ni champagne francés. Ni cantando en mi balcón las letras de Sabina. A mí no me sirven las velas ni los suspiros de amor. El azúcar engorda mi vida.
Y luego la gente se ríe si les digo que soy romántica. Pero sólo yo sé que si amo lo hago con los ojos, con las manos, desde el calor, o con la boca, sin mediar palabra.
Con tus promesas de amor eterno no haces más que hacerme protagonista de un empalagoso cuento de hadas. Y podré enamorarme cual posesa quizá del rosa chillón de las paredes de este romance, y de las fresas con nata que tomaremos cada anochecer. Pero el capricho es pasajero.
Una vez haya saciado mi necesidad de vestir de princesa, el traje me escocerá y los picores de sus bordados me ahogarán. Y lo nuestro habrá sido un capítulo de Sexo en Nueva York, cuando la resaca de tanta dulzura haya pasado y la lucidez llegue a mi mente, quizá entonces no eres un príncipe ni a mi me apetece ser tu princesa.
Así que guárdate la poesía para la noche de bodas porque ahora tan solo quiero, si te amo porque no puedo evitarlo, yo que soy esquiva de la dependencia emocional y de las relaciones tempranas, ahora solo quiero vestirme para que me arranques la ropa sin permiso, sin vergüenza, sin cuidado.
Te quiero duro, firme, altivo, punzante y fervoroso, como tu miembro, Deja la poesía para cuando la pasión se agote, dando paso al amor.
Eva
Y luego la gente se ríe si les digo que soy romántica. Pero sólo yo sé que si amo lo hago con los ojos, con las manos, desde el calor, o con la boca, sin mediar palabra.
Con tus promesas de amor eterno no haces más que hacerme protagonista de un empalagoso cuento de hadas. Y podré enamorarme cual posesa quizá del rosa chillón de las paredes de este romance, y de las fresas con nata que tomaremos cada anochecer. Pero el capricho es pasajero.
Una vez haya saciado mi necesidad de vestir de princesa, el traje me escocerá y los picores de sus bordados me ahogarán. Y lo nuestro habrá sido un capítulo de Sexo en Nueva York, cuando la resaca de tanta dulzura haya pasado y la lucidez llegue a mi mente, quizá entonces no eres un príncipe ni a mi me apetece ser tu princesa.
Así que guárdate la poesía para la noche de bodas porque ahora tan solo quiero, si te amo porque no puedo evitarlo, yo que soy esquiva de la dependencia emocional y de las relaciones tempranas, ahora solo quiero vestirme para que me arranques la ropa sin permiso, sin vergüenza, sin cuidado.
Te quiero duro, firme, altivo, punzante y fervoroso, como tu miembro, Deja la poesía para cuando la pasión se agote, dando paso al amor.
Eva
viernes, 7 de diciembre de 2007
Dejar de soñar
No tenemos abandonado el blog, solo nos hemos tomado un descanso emocional. Y cuando escribimos algo es porque nos sale de dentro. Vacaciones de corazón, para llamarle de alguna manera. Hemos decidido reposar, dejar de amar tanto, de sentir de una forma tan intensa, y a menudo gratuita. Desconectar, olvidar que una tiene entrañas, es a veces necesario, dejar de darle un valor a las cosas y a los demás, para encontrar el valor en uno mismo. Dejar de soñar, pero nunca para siempre. Todo lo que se proclama eterno fracasa. Por eso las relaciones con más futuro son las que mueren antes.
Cuando la cabeza empieze a darles vueltas al corazón volveremos.
Eva
Cuando la cabeza empieze a darles vueltas al corazón volveremos.
Eva
domingo, 2 de diciembre de 2007
martes, 27 de noviembre de 2007
Agenda vacía sin ti
Soy una de esas personas incapaces de vivir sin agenda y sin móvil. Creo que podría soportar dos días sin ninguno de ellos como máximo, y sólo a cambio de un descanso rural, y con spa, por supuesto. Pero después volveré ansiosa a la vorágine del mundo acelerado, de los contactos superficiales, de la tecnología al servicio de la comunicación que tanto necesitamos hoy.
Mi agenda es la solución. Una larga y extensa lista de contactos siempre dispuestos. Una agenda completa, fácil, y tan imprescindible en los atardeceres tristes. Una agenda que resuelve proyectos universitarios, conflictos familiares, problemas laborales y llena vacíos emocionales. Repleta de sujetos que quizá no he visto más de dos veces en mi vida, pero ahí están, esperando ese momento de debilidad, esperando a que marque la tecla que me lleve a ellos para distraerme un rato.
Tantos contactos que no tendrían motivo de ser si les amara a todos. Una agenda que cobra sentido porque no la uso con las 4 personas que necesito para sobrevivir. Porque ellas no están en mi lista, están en mí, y para que vengan a escucharme no hay llamadas ni mails. Hay una mirada, un gesto delatador, un silencio cargado.
Tantos contactos y en definitiva, ahora que vienen fechas señaladas, es con vosotros, mis fieles cómplices, con quién quiero estar. Y la agenda y toda su lista caen en el absurdo, para recuperar, en burbujas de evasión, su sentido cuando todo lo que me importa falla.
Eva
Mi agenda es la solución. Una larga y extensa lista de contactos siempre dispuestos. Una agenda completa, fácil, y tan imprescindible en los atardeceres tristes. Una agenda que resuelve proyectos universitarios, conflictos familiares, problemas laborales y llena vacíos emocionales. Repleta de sujetos que quizá no he visto más de dos veces en mi vida, pero ahí están, esperando ese momento de debilidad, esperando a que marque la tecla que me lleve a ellos para distraerme un rato.
Tantos contactos que no tendrían motivo de ser si les amara a todos. Una agenda que cobra sentido porque no la uso con las 4 personas que necesito para sobrevivir. Porque ellas no están en mi lista, están en mí, y para que vengan a escucharme no hay llamadas ni mails. Hay una mirada, un gesto delatador, un silencio cargado.
Tantos contactos y en definitiva, ahora que vienen fechas señaladas, es con vosotros, mis fieles cómplices, con quién quiero estar. Y la agenda y toda su lista caen en el absurdo, para recuperar, en burbujas de evasión, su sentido cuando todo lo que me importa falla.
Eva
domingo, 25 de noviembre de 2007
Los hombres también aman, también temen
Temo ver llegar un día
en que solo me queden,
palabras que recuerden
tu rostro de fantasía.
Temo perder la alegría
apresado por el desdén,
de palabras que proceden
de un tiempo de armonía.
Temo que puedas pensar
que no supe como querer,
al ángel que jure amar.
Temo de mi mente perder
versos con los que recordar,
los buenos momentos de ayer.
Carlos
en que solo me queden,
palabras que recuerden
tu rostro de fantasía.
Temo perder la alegría
apresado por el desdén,
de palabras que proceden
de un tiempo de armonía.
Temo que puedas pensar
que no supe como querer,
al ángel que jure amar.
Temo de mi mente perder
versos con los que recordar,
los buenos momentos de ayer.
Carlos
jueves, 22 de noviembre de 2007
Rutinas y fobias conyugales
En eso consiste el verdadero amor: en detestar al otro por tantas pequeñas cosas y, a pesar de todo, insistir en quererlo.
Rosa Montero
Rosa Montero
martes, 20 de noviembre de 2007
El hombre que se enamoró del mar
“Si el mar es el símbolo del poder de Dios, la embarcación es la demostración de la capacidad del hombre”, Víctor Hugo.
Desde su hervor en la tempestad hasta su apaciguador sonido al atardecer, todo él es una contradicción que trata de entender la humanidad desde hace siglos. Cuánta literatura ha inspirado. Cuántos mensajes en una botella habrá transportado. Cuántas huellas habrá borrado y cuántos cadáveres descubierto. Cúanto fascina en el hombre tal fiera indomable. Cuántos tsunamis le debe a la Tierra. Cuántos naufragios más habrá planeado.
La mujer del marinero, que se fía del mar en recuerdo al Titanic, lo mira y el frío de sus olas se le cala en los huesos. Sabe que su marido, loco por el mar, entregado a su deseo por dominarlo, por poseerlo, por navegarlo y descubrir sus tesoros escondidos, la recuerda en cada puerto, cuando pone los pies en la Tierra, durante sus largos viajes. Mas sabe también que jamás podrá competir con su inmensidad, con su bello azul, con la profundidad de sus aguas, con ese gemido de las olas en la madrugada que tanto le excita. Y grita a su amado para que vuelva, temiendo que el traidor mar le ahogue. Y volviéndose loca le espera, ignorante y ausente, le espera mientras mira el mar cada noche de insomnio.
El marinero vive por ver despertar el mar al alba. Y ella, que vió como él le escribía en su playa palabras de amor eterno en la arena, es testigo ahora de cómo el mar las va borrando, poco a poco, con sus olas.
Eva
Desde su hervor en la tempestad hasta su apaciguador sonido al atardecer, todo él es una contradicción que trata de entender la humanidad desde hace siglos. Cuánta literatura ha inspirado. Cuántos mensajes en una botella habrá transportado. Cuántas huellas habrá borrado y cuántos cadáveres descubierto. Cúanto fascina en el hombre tal fiera indomable. Cuántos tsunamis le debe a la Tierra. Cuántos naufragios más habrá planeado.
La mujer del marinero, que se fía del mar en recuerdo al Titanic, lo mira y el frío de sus olas se le cala en los huesos. Sabe que su marido, loco por el mar, entregado a su deseo por dominarlo, por poseerlo, por navegarlo y descubrir sus tesoros escondidos, la recuerda en cada puerto, cuando pone los pies en la Tierra, durante sus largos viajes. Mas sabe también que jamás podrá competir con su inmensidad, con su bello azul, con la profundidad de sus aguas, con ese gemido de las olas en la madrugada que tanto le excita. Y grita a su amado para que vuelva, temiendo que el traidor mar le ahogue. Y volviéndose loca le espera, ignorante y ausente, le espera mientras mira el mar cada noche de insomnio.
El marinero vive por ver despertar el mar al alba. Y ella, que vió como él le escribía en su playa palabras de amor eterno en la arena, es testigo ahora de cómo el mar las va borrando, poco a poco, con sus olas.
Eva
viernes, 16 de noviembre de 2007
Tu canción de cumpleaños
Contigo no existe el silencio porque tú siempre eres música. Suena tu melodía cada instante de mi existencia, sin pausas, incluso cuando no te escucho. Pueden taparme los oídos, chillarme en las orejas, dejarme sorda de por vida que tu serenata nunca para. Y a veces no comprendo cómo una canción tan dulce, tan ligera, tan refinada puede resultar tan fuerte y imponente. En cada compás de tu sonata, descubro nuevas notas eternamente puras, combinadas con la perfección de la armonía.
Son tus rasgos de musa y tu corazón de princesa los mejores instrumentos para deleitar. Tan bien te interpretan que si no hubiera nacido mujer me fundiría en tu partitura sin temor a ser una mera corchea, efímera y picada. Cada vez que te creas sola, piensa que yo siempre ando al son de tu maravillosa polifonía. Y espero no perder nunca el ritmo, ni siquiera en el infinito.
Escribirte me sabe a poco, me sabe a tópico. Porque sobre lo ideal se ha escrito demasiado.
tanto te quiero que ayer celebré tu cumpleaños sin ti.... sé que querías un retrato pero eso lo dejo para otro día
FELICIDADES EVA 22 AÑOSSS
TE QUIERO
Miriam
Felicitadla todos
Son tus rasgos de musa y tu corazón de princesa los mejores instrumentos para deleitar. Tan bien te interpretan que si no hubiera nacido mujer me fundiría en tu partitura sin temor a ser una mera corchea, efímera y picada. Cada vez que te creas sola, piensa que yo siempre ando al son de tu maravillosa polifonía. Y espero no perder nunca el ritmo, ni siquiera en el infinito.
Escribirte me sabe a poco, me sabe a tópico. Porque sobre lo ideal se ha escrito demasiado.
tanto te quiero que ayer celebré tu cumpleaños sin ti.... sé que querías un retrato pero eso lo dejo para otro día
FELICIDADES EVA 22 AÑOSSS
TE QUIERO
Miriam
Felicitadla todos
miércoles, 7 de noviembre de 2007
lunes, 5 de noviembre de 2007
Pasar página
Cuando veo una de tus lágrimas me doy cuenta de cuanto te amo. Y me corroe la impotencia de no poder hacer nada por evitarla. Déjala caer, buena amiga. Deja que salga de ti todo cuanto te duele, y fluya en la nada.
Sé cuanto cuesta pasar página. Mas aún si no puedes hacerlo porque no has entendido lo que has leído, y te esfuerzas una vez tras otra en comprender, releyendo sin cesar las malditas páginas que te están robando tantas horas de sueño. Pero no debes quedarte anclada. Tienes los ojos desgastados de tanto leer esa página a la que te aferras. Pasa página con fuerza y verás que el siguiente capítulo no sólo es más ameno sino más apasionante. Y te darás cuenta que a veces todo tiene sentido si avanzas la lectura, y verás que las putas palabras a las que tanto valor le dabas son meras anécdotas de una historia que acaba de empezar.
Te quiero. Siempre estaré a tu lado, ayudándote a leer entre líneas.
Eva
Sé cuanto cuesta pasar página. Mas aún si no puedes hacerlo porque no has entendido lo que has leído, y te esfuerzas una vez tras otra en comprender, releyendo sin cesar las malditas páginas que te están robando tantas horas de sueño. Pero no debes quedarte anclada. Tienes los ojos desgastados de tanto leer esa página a la que te aferras. Pasa página con fuerza y verás que el siguiente capítulo no sólo es más ameno sino más apasionante. Y te darás cuenta que a veces todo tiene sentido si avanzas la lectura, y verás que las putas palabras a las que tanto valor le dabas son meras anécdotas de una historia que acaba de empezar.
Te quiero. Siempre estaré a tu lado, ayudándote a leer entre líneas.
Eva
viernes, 2 de noviembre de 2007
El juego de la infidelidad
Él se escapaba para verla alzada sobre sus tacones, revolcarse con sus veinte años y empaparse con su flujo inmaduro y fresco. Ella le esperaba para agarrarse a sus galones, trotar en su torso hasta alcanzar la infancia y rociarse con su lluvia viril e imponente. No se amaban: se necesitaban. Él anhelaba a su amante porque era pueril y alocada, pero amaba a otra mujer porque era sensata y comprensiva. Ella ansiaba a su adúltero porque era un sargento fuerte y severo, pero amaba a otro hombre porque era un soldado modesto y tierno.
Durante meses los dos siguieron jugando, cabalgando para tapiar sus carencias, acariciándose con máscaras puestas. Ella siempre joven, él siempre vigoroso.
Una noche, tras una sesión de pasión oculta, ella encontró en el uniforme del soldado una carta de amor de una mujer madura. Lloró, exasperó, gritó al son del horrible sentimiento de la alevosía. El dueño de su corazón ya no era humilde y blando, sino un farsante ruin. Y dejó de quererle con mucho dolor en el pecho.
Entonces llamó a su amante y le pidió que regresara para consolarla con su garra. Le rogó que usurpara su dolor como hacía con la dignidad de sus subordinados. Él accedió, pese a abandonar por primera vez a su mujer ante la puerta de un restaurante. “Hoy lo he dejado todo por ti”, le susurró al verla tan triste. Ella se estremeció ante su delicadeza y por primera vez en sus vidas hicieron el amor como si se amaran.
Al finalizar él no pudo contenerse: “quiero que estemos juntos para siempre; sin amantes, solos con el amor”, confesó. Ella se levantó de la cama, sorprendida. Miró a su sargento, antes tan fuerte e inflexible, y lo vio indefenso como caníbal sin dientes, dulce como montaña de azúcar. Le recordó a su soldado, pero con la pesadez de los años. Y comprendió que aquella noche su amante también la había traicionado.
En el juego de la infidelidad no se pueden violar las reglas. Reglas tan ocultas como el propio adulterio. Reglas que siempre, siempre se callan. Sola, sin mi amor y sin amante.
Miriam
Durante meses los dos siguieron jugando, cabalgando para tapiar sus carencias, acariciándose con máscaras puestas. Ella siempre joven, él siempre vigoroso.
Una noche, tras una sesión de pasión oculta, ella encontró en el uniforme del soldado una carta de amor de una mujer madura. Lloró, exasperó, gritó al son del horrible sentimiento de la alevosía. El dueño de su corazón ya no era humilde y blando, sino un farsante ruin. Y dejó de quererle con mucho dolor en el pecho.
Entonces llamó a su amante y le pidió que regresara para consolarla con su garra. Le rogó que usurpara su dolor como hacía con la dignidad de sus subordinados. Él accedió, pese a abandonar por primera vez a su mujer ante la puerta de un restaurante. “Hoy lo he dejado todo por ti”, le susurró al verla tan triste. Ella se estremeció ante su delicadeza y por primera vez en sus vidas hicieron el amor como si se amaran.
Al finalizar él no pudo contenerse: “quiero que estemos juntos para siempre; sin amantes, solos con el amor”, confesó. Ella se levantó de la cama, sorprendida. Miró a su sargento, antes tan fuerte e inflexible, y lo vio indefenso como caníbal sin dientes, dulce como montaña de azúcar. Le recordó a su soldado, pero con la pesadez de los años. Y comprendió que aquella noche su amante también la había traicionado.
En el juego de la infidelidad no se pueden violar las reglas. Reglas tan ocultas como el propio adulterio. Reglas que siempre, siempre se callan. Sola, sin mi amor y sin amante.
Miriam
jueves, 1 de noviembre de 2007
Bourne
Desde una mirada vacilante te estremece mientras se acaricia la nuca. Y llega y es inevitable darte cuenta, porque todo lo inunda con su energía. Parece un ligón superficial, pero resulta ser más ligón que superficial.
Se muestra tan seguro de sí mismo y de lo que dice que parece imposible no darle la razón. Mas si te mira a lo ojos sabes que no miente. Y si no te ríes con él es porque no tienes sentido del humor, ni sentido común, ni sentido del gusto.
La elegancia que desprende sería banal sin esa nobleza que transmite. Tan hombre que da miedo ser solo suya. Porque si te entregas no habrá marcha atrás. Porque la agonía de echarle de menos será más fuerte que no haberle gozado nunca.
Gracias Zihuatanejo por dedicarnos una descripción tan especial.
Besos de Nicole (Eva) y Ana (Miriam)
http://wanted-zihuatanejo.blogspot.com/
Se muestra tan seguro de sí mismo y de lo que dice que parece imposible no darle la razón. Mas si te mira a lo ojos sabes que no miente. Y si no te ríes con él es porque no tienes sentido del humor, ni sentido común, ni sentido del gusto.
La elegancia que desprende sería banal sin esa nobleza que transmite. Tan hombre que da miedo ser solo suya. Porque si te entregas no habrá marcha atrás. Porque la agonía de echarle de menos será más fuerte que no haberle gozado nunca.
Gracias Zihuatanejo por dedicarnos una descripción tan especial.
Besos de Nicole (Eva) y Ana (Miriam)
http://wanted-zihuatanejo.blogspot.com/
miércoles, 31 de octubre de 2007
Alevosía, pero sin mentiras
Hoy he descubierto que los diccionarios mienten, con alevosía, con crueldad. He buscado el término “traición” en el diccionario y cuál ha sido mi sorpresa al comprobar su definición: “violación de la fidelidad o lealtad que se debe”. ¿Sólo es traición lo que se debe? ¿Y qué hay de lo que uno espera? Qué injusta es la Rae con los sentimientos ajenos, qué mezquina con las reglas.
Si no hay pacto, no hay engaño, no hay traición, porque no me debes nada. Si te digo haz lo que quieras, entonces puedes pisarme, taparme la boca y arrancarme los sueños impunemente. Eres tan libre que sin límites te vuelves osado. Sientes que no has hecho nada malo porque le has sido fiel a un diccionario. ¿Por qué no has sido leal a todo lo que me callo?
Digan lo que digan las palabras, hoy me siento doblemente traicionada.
Miriam
Si no hay pacto, no hay engaño, no hay traición, porque no me debes nada. Si te digo haz lo que quieras, entonces puedes pisarme, taparme la boca y arrancarme los sueños impunemente. Eres tan libre que sin límites te vuelves osado. Sientes que no has hecho nada malo porque le has sido fiel a un diccionario. ¿Por qué no has sido leal a todo lo que me callo?
Digan lo que digan las palabras, hoy me siento doblemente traicionada.
Miriam
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