A lo mejor no tengo motivos para sentir esos celos cuando tu mirada no me busca. Seguramente tampoco tengo derecho a pedirte que me mires a los ojos cuando me haces el amor. Ni a enfadarme si no vienes hoy a recogerme al trabajo.
Pero me arde por dentro, y no puedo evitarlo. Quizás muy a tu pesar me estoy enamorando. Tu que sólo buscas el caramelo de la madrugada, que adoras mis muslos y mis pechos son tu religión, pero sólo rezas cuando te apetece. No permitas que me duerma en tus brazos, si no vas a ser capaz de abrazarme cada noche. No encapriches los sueños que no puedes cumplir.
De todos los besos que me das, el más dulce siempre es el último. Y su recuerdo, el más amargo.
Eva
miércoles, 29 de agosto de 2007
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7 comentarios:
preciós eva. El pitjor de tot es quan et donen tots els privilegis i no tens dret a explotarlos, a gaudir-los, a fer-los teus.
has probado a dejarlo una noche sin rezar? a lo mejor así´él también exige sus derechos, y te da los que te mereces
losing my religion....
alguna vez leeré algo tuyo sobre amor? (¡y no desamor!)
Nenita!!! Sempre escrius cosetes que m'agraden molt. Pero sabent el que saps, no ens rallem, seguim endavant eh!!!
T'estimo
gran final
No escriguis amb amargor.. ell t'estima encara que no tu digui...ell endolça els seus llavis amb els teus cada dia...serà per algo , no?
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